Nací en Argentina, en la provincia de Buenos Aires, en un pequeño pueblo llamado San José de los Lobos, en el año 1957. Años después comprendí que mi obsesión y gusto por incluir caballos en mi obra no eran casuales, sino parte de los arraigos de este pueblo profundamente amante de los caballos.

El choque cultural que viví al trasladarme a Colombia en 1966 profundizó mi necesidad de pintar y dibujar. Esto me llevó a estudiar en varios institutos de arte en la ciudad de Pereira. Fue allí donde consolidé la idea de hacer de la pintura una profesión. Después de compartir con pintores profesionales, primero como estudiante, decidí trasladarme a Bogotá, una ciudad que me ofrecía la oportunidad de ampliar mis conocimientos.

Estudié artes gráficas con profesores de gran relevancia en el ámbito mundial, y comencé a desarrollar el temario que hoy distingue mi obra: los caballos, la relación del ser humano con la naturaleza, y la esencia humana en sus diferentes aspectos. Las artes gráficas aportaron a mi pintura un sello distintivo: la superposición de capas, el uso de plantillas y obstáculos para reservar espacios, generando una riqueza cromática y figurativa que da a mis pinturas un movimiento y una diversidad muy particular.

El color llegó con mis viajes al Caribe. El contraste entre los ocres de la montaña y el resplandeciente colorido caribeño transformó mis dibujos y grabados monocromos en pinturas vibrantes.

Mi obra, que ha sido reconocida con algunos premios y menciones, ha sido expuesta en varios países. Sigo desarrollándola de forma prolífica entre mis talleres en Bogotá y Puerto Rico, lugares donde vivo y trabajo.